31 agosto 2020

 Hace una hora ya que terminó mi cumpleaños. De todos, creo que ha sido de los que más calma me ha dado. Entre estas distancias de pandemia, no abrazos, lejanías., hoy me encuentro en el hogar de toda mi vida con mi mamá y mi papá, hoy...con Mateo a mi lado. Ayer celebramos, hoy recibimos el día calmadamente, con la simple certeza de que hoy sería un buen día por el simple y hermoso momento de estar aquí. Me hizo falta uno, pero sé que lo comprende. Este hogar se habita de silencios, pero no silencios temibles sino acolchonados, confortables, sin quedar bien o mal, solo son. Mi papá últimamente no se habita por la música sino por el silencio, mi mamá siempre imagina despierta...tal vez un viaje, un momento, tal vez brindar una buena cena o unas sábanas frescas y limpias. El amor se ve en cada habitación. Una tiene nuestras pertenencias de visitantes, otra una ventana luminosa o un patio con plantas y macetas y macetas y,  platones de colores. Hace poco me comentaron que no les gusta colgar cosas en su casa...en mi universo no es posible...cada cosa tiene significado, un recuerdo, un color. Hoy agradezco por las llamadas, los mensajes, las intenciones de comunicarse conmigo sin éxito (perdón por eso), pero los tengo presentes a todos. Unas de toda la vida aquí, otras de mi vida allá pero mía, los que forman mis memorias. Estar es y será siempre, un río inmenso de vida. 

No hay comentarios: